«Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo». Isaías 44: 28, NVI
DIOS OBRA POR MEDIO de quienes él ha elegido. A veces escoge al más humilde instrumento para que lleve a cabo la mayor de las acciones, pues su poderse revela en la debilidad humana. Los seres humanos tenemos nuestra norma, en virtud de ella clasificamos algo como grande o como pequeño; pero Dios no valora nada de acuerdo con nuestra vara de medir. No hemos de suponer que lo que es grande para nosotros tiene que ser grande para Dios, o lo que es pequeño para nosotros tiene que ser pequeño para el Todopoderoso. No nos toca a nosotros juzgar nuestros propios talentos o elegir nuestra obra. Hemos de llevar las cargas que el cielo nos señala, llevándolas por su causa, y siempre recurriendo a él en busca de apoyo. Cualquiera que sea nuestra función, el Señor es honrado por un servicio alegre y de todo corazón. Él se sienten complacido cuando afrontamos nuestros deberes agradecidos y felices de que se nos considerara dignos de ser sus colaboradores. — Palabras de vida del gran Maestro, cap. 25, p. 298. Cristo acepta con verdadero gozo a todo ser humano que se entrega a él. Une lo humano a lo divino, para comunicar al mundo los misterios del amor encarnado. Hablemos de ellos, oremos al respecto, proclamémoslos. Hemos de anunciar por todas partes el mensaje de su gloria, y seguir avanzando hacia las más lejanas regiones. — El discurso maestro de Jesucristo, cap. 2, p. 73