«Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer: Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya». Ester 2: 7, RV60
UNA DE LAS PEORES decisiones que podemos tomar es la de aferrarnos al pasado. Al mirar hacia atrás solo veremos nuestra desgracia y nuestra incapacidad y, en lugar de crecer, menguaremos. Nos quedaremos encerrados en un círculo vicioso que no nos dejará avanzar; las malas decisiones del pasado se convertirán en una telaraña de la que no podremos escapar.
Ester fue diferente. Sus padres habían fallecido por lo que Mardoqueo la adoptó y se encargó de criarla con mucho cuidado y dedicación, enseñándole los principios basados en la Palabra de Dios. Lejos de lamentarse por su situación, Ester aprovechó cada oportunidad para avanzar entregando su corazón a Dios y dejando que él dirigiera su futuro. Cuando el rey Asuero le colocó la corona real, la aceptó como la voluntad de Dios, sin intimidarse, aunque no era de la aristocracia. Si se hubiera aferrado a su hermosura y su buen parecer en lugar de a Dios, habría fracasado y nunca habríamos conocido su historia.
No piense más en el pasado, en la poca suerte que tuvo ni en las injusticias que sufrió. No deje que nada ni nadie ponga límites a su vida. Dios le ha dado libertad para pensar, creer, intentar y triunfar. Sin importar las circunstancias, el lugar o IO que digan, mire adelante con fe, porque cuando Dios actúe, ¿quién podrá impedirlo? NO hay fuerza humana con ese poder y David lo sabía: «Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, Jehová me recogerá» (Salmo 27: 10). Si tenemos confianza en Dios dirigirá nuestro futuro, porque habremos puesto nuestra vida en sus manos.
Ester creyó y confió en Dios, oró y ayunó, y el Señor contestó su oración. Fue un instrumento para liberar al pueblo judío de la destrucción. Aunque usted haya tenido un pasado oscuro o le hayan faltado oportunidades como la de Ester, mire hacia el futuro confiando, sabiendo que Dios proveerá los recursos para cumplir su voluntad en su vida. Ore para que el Señor le muestre los planes que tiene para usted y déjese conducir por su Espíritu Santo.