En el mensaje del primer ángel, la idea de temer a Dios y darle gloria
está relacionada con el Juicio (Apoc. 14:7). Si hay una enseñanza clara en la
Biblia, es la de que Dios es un Dios de justicia y de juicio. Un día, el juicio y
la justicia, tan escasos en este mundo, ciertamente llegarán.
No es de extrañar que la gente necesite temer a Dios.
Y por eso el “evangelio eterno” también incluye la realidad del Juicio.
¿Cuál es la relación entre estos dos elementos? Si el evangelio expresa
“buenas nuevas”, significa que, aunque todos somos pecadores y transgredimos
la Ley de Dios, cuando llegue el Día del Juicio, como el ladrón en la
cruz, no enfrentaremos la pena ni el castigo que merecemos por nuestro
pecado y transgresión. Lee Mateo 12:36, Eclesiastés 12:14, Romanos 2:6 y 1 Corintios 4:5. Luego, hazte esta pregunta: ¿Cuán bien me iría si me valiera de mis propios méritos?
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El Dios que conoce el número de cabellos de nuestra cabeza juzgará
al mundo. Pero es precisamente por eso que el “evangelio eterno” es una
buena noticia. Se viene el Juicio, pero no hay “condenación” para los fieles
seguidores de Jesús, los lavados, los santificados y justificados en el nombre
del Señor Jesús (ver 1 Cor. 6:11), porque Jesucristo es su justicia, y su justicia
es lo que los hace salir adelante en ese juicio.
“El hombre no puede por sí mismo hacer frente a estas acusaciones. Con
sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad delante de Dios.
Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica en favor de todos los que
mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado el cuidado de sus almas.
Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos
del Calvario. Su perfecta obediencia a la Ley de Dios, aun hasta la muerte
de cruz, le ha dado toda potestad en el cielo y en la Tierra, y él solicita a su
Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable” (EJ 228).
¿Qué nos enseña la realidad del Juicio acerca de nuestra absoluta necesidad de perdón? ¿Cómo puedes aprender a darles a los que te han hecho mal la clase de gracia y perdón que Dios nos ofrece a través de Jesús?