PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“Siempre ha sido el proyecto de Satanás desviar la mente de la gente de
Jesús hacia el hombre y destruir la responsabilidad individual. Satanás fracasó
en su propósito cuando tentó al Hijo de Dios; pero tuvo un enorme éxito
cuando se dirigió a los hombres caídos. El cristianismo se corrompió” (PE 213).
Con Cristo en el centro de nuestro ser, estamos abiertos a su conducción.
Como resultado, la fe, la lealtad, la obediencia, una conciencia limpia, la confiabilidad
y la responsabilidad individual se revelarán en nuestra vida. Así, como
mayordomos, alcanzamos la plenitud en las manos de Dios (Sal. 139:23, 24).
La responsabilidad individual es un principio bíblico esencial. Mientras
estuvo en la tierra, Jesús respondía individualmente ante el Padre (Juan 8:28).
Nosotros somos responsables de toda palabra ociosa (Mat. 12:36). “Porque a
todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará” (Luc. 12:48).
Sin embargo, la mayor amenaza para la responsabilidad individual es la tendencia
a transferir nuestras responsabilidades a los demás. “Mantengamos en
mente el hecho de que la propiedad que se nos ha confiado para ser invertida
no es nuestra. Si fuera, podríamos reclamar el derecho de disponer de ella a
nuestro antojo; podríamos delegar nuestra responsabilidad sobre los otros, y
dejar con ellos nuestra mayordomía. Pero esto no se puede hacer, porque el
Señor nos ha hecho individualmente sus mayordomos” (TI 6:169). PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Analiza las distintas marcas de un mayordomo que estudiamos esta semana:
la responsabilidad individual, la confiabilidad, la obediencia, la lealtad,
una conciencia limpia y la fidelidad. ¿Cómo se relacionan entre sí? ¿En qué medida
la negligencia en un aspecto conduciría a descuidar los demás? O, ¿cómo
podría la firme adhesión en un aspecto llevar a la adhesión en los demás?
2. Piensa de qué modo las promesas del evangelio pueden ayudar a quienes
están luchando con una conciencia culpable. ¿Qué promesas pueden reclamar?
3. A menudo consideramos que el concepto de “lealtad” es bueno en sí y de
por sí. Pero, ¿siempre es así? ¿Cómo se podría ser leal a alguien o a algo que no
es bueno? ¿Por qué, entonces, el concepto de “lealtad” debe entenderse siempre
en un contexto específico para ver si esta lealtad es buena o sin fundamento?