«El Señor se complace en su pueblo, y bendice a los humildes con su salvación. iQue se alegren susfieles por su triunfo! iQue salten de alegría allí, en su lecho!».Salmo 149: 4-5, RVC
ENTRE DIOS Y sU PUEBLO existe una muy estrecha relación. No solamente somos objeto de su gracia y misericordia y de su amor perdonador, sino de mucho más. El Señor se complace con su pueblo, y se deleita con sus hijos. Él es su seguridad. Dotará a todos los que le sirven con un corazón rebosante de un espíritu de santidad. Los reviste de justicia. A los que hacen su voluntad, los que reflejan su imagen, experimentan su amor.— Testimonios para los ministros, sec. 15, p. 421, adaptado.
Cristo conoce a todos los que están relacionados con su servicio y a aquellos cuyo corazón puede ungirlos de aceite santo para que lo impartan a los demás. Son de gran valor para Cristo los que realizan fielmente su obra en nuestro mundo y, representando en palabra y obra el carácter de Dios, cumplen el propósito del Señor para ellos. Cristo se deleita en ellos como el jardinero se deleita en un plantel bien cuidado y en la fragancia de las flores que ha plantado.— Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 418. «Si alguno cree en Dios, que hacejusto alpecador, Dios le tiene en cuenta sufe para reconocerlo comojusto, aunque no haya hecho nada que merezca sufavor. David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios reconoce comojusto sin tomarle en cuenta sus hechos. Dijo David: «Pichosos aquellos a quienes Dios perdona sus maldadesy pasa por alto sus pecados! Pichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado!»». Romanos 4: 5-8, DHH