«Den gracias al Señor, porque él es bueno; «o su gran amor perdura para siempre» (Sal. 136.1).
He realizado arreglos florales para muchos eventos, hogares y vestíbulos. Me interesé mucho en el arte floral, y me capacité para ser diseñadora artística de arreglos florales. Las flores me dan paz, y siempre me relajan y me dan descanso. Incluso cuando estoy cansada, aprovecho cualquier oportunidad para hacer arreglos florales porque, cuando termino, siempre me siento alegre y duermo en paz.
Algunos comentarios que he recibido han hecho que me dé cuenta de que mis arreglos florales también son un ministerio. Uno de los primeros me lo hizo una señora mayor un sábado, luego de la reunión:
—Extrañé tus arreglos florales la semana pasada. Siempre anhelo verlos porque elevan mi espíritu y me hacen sonreír —me dijo.
Desde esa ocasión, me han hecho comentarios similares. Sin embargo, reciba comentarios o no, hago los arreglos de corazón.
Al reflexionar en las emociones y los pensamientos que las flores pueden evocar, recuerdo una conversación que tuve con una socia. Me habló sobre el tiempo que pasó en Holanda, y yo compartí mi historia de cuando estuve visitando Gran Bretaña. Ella pintó en la imaginación un cuadro de interminables jardines de tulipanes, que asemejaban un mar de todo tipo de colores. Me hizo recordar un verano en Midlands, y las interminables granjas de flores amarillas de colza. La belleza y la calma que me traen esos recuerdos siempre me hacen sonreír, y no pude evitar sonreír mientras ella hablaba.
En mis arreglos, a menudo uso flores como rosas, tulipanes, claveles, crisantemos, lirios, velo de novia y aves del paraíso. Las flores de colores son interesantes y, cuando se usan en un arreglo artístico, pueden alegrar o inspirar calma. Cuando Jesús y sus discípulos iban de pueblo en pueblo, alegraban los corazones y pintaban los rostros de sonrisas. Piensa en todas las personas cuyas vidas cambiaron a través de la sanidad de Cristo, la liberación, la restauración, el compañerismo, las necesidades suplidas y el regalo de esperanza para el futuro.
Jesús sigue tocando vidas hoy. Sé como él. Trata de tocar la vida de alguien, o cuida las plantas y las flores que tienes cerca. Con seguridad verás una respuesta. Es una maravilla que Dios nos haya dado a nosotras la capacidad de tocar corazones y poner una sonrisa en el rostro de otra persona. Estoy segura de que quiere que hagamos esto a menudo.
ELIZABETH IDA CAIN escribe desde Jamaica, donde trabaja como asistente administrativo en un concesionario de vehículos.