Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos, Filipenses 4:7.
Los océanos, que abarcan como dos tercios de nuestro planeta, están llenos de plantas microscópicas llamadas fitoplancton y animales microscópicos llamados zooplancton. Este conjunto de plancton es muy importante para la vida marina y también la terrestre.
Los científicos calculan que el fitoplancton produce como el 80% del oxígeno de la tierra, y que además genera tanto material para que nazcan plantas nuevas, como las plantas terrestres. Cada organismo del fitoplancton es una obra maestra de ingeniería. No fue hasta la década de 1960, cuando se inventó el microscopio electrónico, que los científicos pudieron ver con detalle las intrincadas e interesantes formas del fitoplancton.
Un fitoplancton parece una bola de rebanadas de piña con agujeros en el centro, bien unidas. Otro tiene la apariencia de un fortín en miniatura. Estos fitoplancton se cultivan en masa; sus conchas se usan en los filtros de las albercas y en la pintura reflectante de las señales de las carreteras. Otros añaden color rojizo al agua y son muy tóxicos. Algunos grupos indígenas de Norteamérica vieron mejillones y almejas que tenían un brillo rojizo en el agua; las cocinaron y comieron. Luego enfermaron por intoxicación. Muchos mariscos que contamina la marea roja son tóxicos para los humanos.
Un cienfffico especuló que una ballena jorobada podría tener 5,000 arenques en el estómago y que quizá hayan hasta 7,000 larvas de camarón en los estómagos de cada uno; a su vez, cada larva puede tener hasta 130,000 fitoplancton. Muchos científicos predicen que muy pronto, el plancton también podría convertirse en una fuente vital de alimento para los humanos.
El futuro está en manos de Dios. Si confías en él, tendrás la paz que solamente él puede darte. Dale gracias hoy por sus provisiones y pídele que te dé paz todo el día de hoy.