El Señor es, con los que lo honran, tan tierno como un padre con sus hijos, Salmo 103: 13.
En el mundo animal, existen algunas especies en las que el «papá» dedica tanto tiempo a los «niños» como la «mamá». Veamos algunos ejemplos.
Cuando se aproxima un zorro, el chorlito arriesga su vida; finge estar herido y se arrastra por el suelo para alejar del nido al depredador. Los caballitos de mar llevan los huevos que puso la madre hasta que nacen las crías. Los machos de las cucarachas llevan hasta 150 huevecillos que les pegan las hembras con una sustancia a prueba de agua; cargan con los huevos hasta que eclosionan. Los avestruces pasan hasta dos años con sus polluelos para enseñarlos a vivir.
En más del 90% de las aves, los padres participan en la crianza de los bebés. De los papás mamíferos, solamente el 10% de los machos cuidan de las crías, pero una cantidad sorprendente de padres peces y anfibios cuidan a sus hijos. Algunos preparan el «hogar» familiar, mientras que otros participan activamente en la crianza de las crías.
El pez pipa lleva los huevecillos en una bolsa de su abdomen. Después de que nacen las crías, un suministro de sangre les provee oxígeno y alimento. Pasadas tres semanas, los pequeños salen de la bolsa y se cuidan por sí solos. El pez gato lleva los huevos en la boca, e incluso cuando ya son pececillos recién nacidos los sigue llevando ahí para protegerlos. La mangosta macho protege a su familia de los depredadores mientras la hembra sale a conseguir comida.
El comportamiento de los machos entre las criaturas de Dios no siempre parece al de los padres humanos, pero una cosa es segura: tenemos un Padre celestial que protege, alimenta y ayuda a madurar con su amor a sus hijos e jijas. Dios amo tanto al mundo que dio a su Hijo para salvarlo. Anhela tener a sus hijos e hijas en su hogar celestial.
Da gracias a Dios por su paternal amor y cuidado hoy, y dile cuan importante es para ti ese amor.