«¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo?No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar». Miqueas 7: 18, NVI
DIOS «SE DELEITA en la misericordia». «Tan cierto como que yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado» (Miq. 7: 18, Eze. 33: 11, NVI). Para él la obra de destrucción y condenación es una «extraña obra» (Isa. 28: 21, NVI). Pero, con misericordia y amor, alza el velo de lo futuro y nos revela los resultados de una conducta pecaminosa.— El Deseado de todas las gentes, cap. 64, p. 549. La Palabra de Dios revela su carácter. Él mismo declaró su infinito amor y piedad. Cuando Moisés dijo a Dios: «Déjame verte en todo tu esplendor», el Señor le respondió: «Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre»» (Éxo. 33: 18-19, NVI). Esa es su gloria. El Señor pasó delante de Moisés y proclamó: «El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado» (Éxo. 34: 67, NVI). Él es «lento para la ira y lleno de amor» (Jon. 4: 2, NVI), porque su «mayor placer es amar» (Miq. 7: 18, NVI).— El camino a Cristo, cap. 1, p. 15. «Entonces [Jonás] oró al Señory le dijo: «Señor, ¿No fue esto lo que yo decía cuando estaba en mi propio país? Fue por eso que al principio intenté huir hacia Tarsis. Sabía que eres un Dios bueno, que muestras gran compasión, no te enojas con facilidad, estás lleno de amor y estás dispuesto a cambiar tus Planes de castigo». Jonás 4: 2, PDT