«Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús» (Fil. 4:19),
Era viernes; diez días antes del banquete de la Junta de Gobierno, en el cual me premiarían por los servicios prestados a lo largo de los años. Había examinado toda la ropa que tenía, para ver qué me pondría para tal ocasión, pero no encontré nada que me pareciera apropiado. Realmente, necesitaba un vestido, pero no tenía dinero para comprar uno nuevo en aquel momento. Así que hablé con mi Padre contándole mi necesidad.
Esa misma tarde, me llamó por teléfono una amiga que vive en los Estados Unidos. Quería saludarme y hablamos un rato. Luego me preguntó si había algo que necesitara que ella me trajera, ya que en unas semanas vendría a Jamaica. Aunque le había mencionado el banquete al que debía asistir, le respondí que no había nada que realmente necesitara. Nos despedimos, y nos deseamos un lindo sábado.
El sábado de noche me llamó para decirme que le había dado el paquete a un joven que estaría viajando para un funeral el siguiente fin de semana. Dos días antes del evento, recibí el paquete y encontré todo lo que ella me había dicho: un hermoso vestido negro, un par de zapatos, una cartera y una chalina que hacían juego.
Una hora después, el teléfono sonó nuevamente, y volví a escuchar la voz de mi amiga. Me dijo que me había comprado un vestido para el banquete, y además había comprado zapatos, una cartera y una chalina que hacían juego. Me quedé sin palabras y, cuando finalmente pude hablar, le agradecí profusamente. Le pregunté cómo me podría hacer llegar todo eso, siendo que ella vive en los Estados Unidos y yo en la isla. Ella me aseguró que había tiempo de sobra para que me hiciera llegar el paquete. Lo llevaría a la iglesia al día siguiente, y estaba segura de que encontraría a alguien que viajaba a Jamaica que podría traérmelo.
Al agradecer a Dios por escuchar y contestar mi oración con tanta rapidez, medité sobre el texto bíblico de hoy: «Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús! ¡ Dios es realmente maravilloso! Se ocupa de cada detalle de mi vida, y busca suplir todas mis necesidades.
A menudo Dios me demuestra su gran amor de maneras tangibles. ¿Ha hecho eso por ti también? ¿Le has dado a Dios la gloria compartiendo tu historia?
CAROL es presidenta del Departamento de Lenguas Modernas de la Northern Caribbean University, en Jamaica. Es directora del Ministerio de la Mujer y de la Oración en su iglesia, y también anciana y maestra de Escuela Sabática.