Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho, por causa de tus enemigos, para acabar con rebeldes y adversarios, Salmo 8:2.
Cuando pienso en animales cómicos, pienso en los babuinos. Estas criaturas de África y la India son tan diferentes, con una apariencia tan graciosa, y tan parecidos a los humanos, que vale la pena analizar su estilo de vida.
Suelen andar por tierra durante el día y duermen en los árboles al caer la noche, para evitar a los leones y los leopardos que merodean en busca de comida. Después de una noche de sueño, los babuinos descienden para desayunar. No es encontrar las raíces y los otros vegetales que comen, como semillas de fruta y de pasto, así que con frecuencia tienen que ir lejos a buscar. De vez en cuando se engullen algún insecto, pero su alimentación es esencialmente vegetariana.
Después del desayuno, acostumbran sentarse en parejas a limpiarse el pelaje mutuamente, retirando alimañas y polvo. A eso lo llamamos aseo. Dedican mucho tiempo al aseo, quizá más que a cualquier otra actividad. Los bebés andan sobre las espaldas de sus madres, o se cuelgan de sus cuellos. Los «adolescentes» gritan, corren y se persiguen. A veces se persiguen hasta la copa de un árbol, hasta el final de una fina rama. El perseguido tiene que bajar de un salto para escapar.
Los babuinos jóvenes tienen que estar con sus madres durante mucho tiempo, hasta que hayan crecido. Según los científicos, esuna de las razones por las que creen que los humanos evolucionaron de otros primates. No obstante, ¿por qué un Dios amoroso nos haría evolucionar de otro animal, cuando tiene el poder para crearnos?
Alégrate de que te haya creado, y dado _la fuerza para resistir al diablo. Dale gracias hoy porque realmente te creó y no evolucionaste de un babuino. Agradécele porque está a tu lado y te da la fuerza para vencer a Satanás.