¿Qué dicen los siguientes versículos, que nos ayuda a entender de qué manera la gente, rica o pobre, puede protegerse de los peligros que la codicia, la avaricia y el amor al dinero y a las cosas materiales puedan presentarle al cristiano? Hech. 24:24 al 26___________________________________________ Gál. 5:22 al 25______________________________________________ 2 Ped. 1:5 al 9______________________________________________
Estos versículos son muy ricos y están llenos de muchos preceptos divinos
sobre cómo debemos vivir. Pero observa un hilo común: el autocontrol. Este
rasgo puede ser particularmente difícil de ejercer cuando se trata de la codicia,
la avaricia y el deseo de poseer cosas. Solo mediante el autocontrol, primero de
nuestros pensamientos y luego de nuestras acciones, podemos estar protegidos
de los peligros de estas cosas de las que hemos estado hablando.
Podemos ejercer ese control solo en la medida en que nos entreguemos al
poder del Señor. Nadie, por sí solo, puede vencer estos rasgos pecaminosos,
especialmente si se han cultivado y acariciado por mucho tiempo. Realmente
necesitamos la obra sobrenatural del Espíritu Santo en nuestra vida si queremos
obtener la victoria sobre estos engaños poderosos. “No os ha sobrevenido
ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará
ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente
con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Cor. 10:13). Vuelve a leer 2 Pedro 1:5 al 9. ¿Cuál es el camino que Pedro señala? ¿Cuá les son sus pasos y cómo podemos aprender a seguirlos, especialmente en nuestra lucha contra la codicia y la avaricia?