He puesto mi arcoíris en las nubes, y servirá como señal de la alianza que hago con la tierra, Génesis 9: 13.
Si tienes el sol a tus espaldas justo cuando acaba de terminar una tormenta, es muy probable que veas un hermoso arcoíris. Podemos ver apenas la mitad, debido a la superficie de la tierra. Cuando se ve desde un avión, el arcoíris no tiene fin; es un círculo completo. Las gotas de humedad del aire provocan que aparezca un arcoíris; cada gota actúa como prisma cuando le dan los rayos de luz. Cuando las gotas refractan (doblan y separan) la luz blanca que Dios creó en el primer día, se ven los hermosos colores. Cuando estabas en primer grado, de seguro aprendiste que los siete colores del arcoíris son rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.
Tal vez hayas visto el arcoíris al regar el pasto de tu jardín o jugar con el aspersor de agua. También se pueden ver arcoíris en las cascadas. Una vez volé sobre un banco de nubes y, de repente, vi la sombra de nuestro avión completamente rodeada de un bello arcoíris.
Son interesantes las creencias que tiene alguna gente respecto al arcoíris. Los antiguos griegos creían que era el puente de Iris, diosa mensajera que llevaba mensajes de guerra. Los africanos lo consideraban una serpiente que salía a comer después de una tormenta, y se tragaban a cualquiera que estuviera en algún extremo del arco. En algunos lugares de Europa se creía que era una serpiente que tragaba el agua de los lagos y los ríos, para redistribuirla en forma de lluvia. Un mito germano decía que Dios usaba el arcoíris como paleta de colores para pintar las aves. Cuando era niño, me dijeron que al final del arcoíris había una olla de oro. La busqué muchas veces pero alguien siempre la encontraba antes que yo, así que nunca pude verla.
Ea curioso cómo la gente piensa diferente, pero no hace falta especular con el arcoíris. Dios prometió a su pueblo que jamás volvería a destruir la tierra con un diluvio, y el arcoíris es el recordatorio de su promesa. Es reconfortante, al contemplar el colorido arcoíris, saber que Dios cumple su prómesa. Cuando ores hoy, agradece a Dios porque cumple sus promesas.