«Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros». Romanos 5: 8
Boliviana de Aviación, descubrió que su esposa había sido bautizada en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, quedó totalmente preso de la ira. No podía admitir que ahora, habiendo ambos nacido en una iglesia tradicional, y habiendo sellado su compromiso matrimonial en la misma iglesia, su esposa, sin su consentimiento, decidiera cambiar de religión.CUANDO EL CAPITÁN LUIS CASSIS, profesor de vuelo de la Escuela
La persecución que el capitán Cassis inició contra su esposa y contra la iglesia fue implacable. Decía que «odiaba a los adventistas y que quería verlos a todos
muertos».
Cierto día el pastor de la iglesia de su esposa estaba en el hospital al borde de la muerte. Precisaban urgentemente un tipo de sangre que nadie tenia por allí. Entonces la esposa recordó: «Es el tipo de sangre de mi marido». Fueron a buscarlo y le dijeron: «Necesitamos que usted done sangre para el pastor de la iglesia de su esposa».
«Lo que más quiero es que ese hombre muera», fue la primera respuesta de su corazón, pero su sentido de humanidad, de solidaridad y de amor fue mayor que su odio. Hizo la donación. Pero después se sintió mal por haberlo hecho; sintió como si hubiese sido derrotado. Hasta que alguien le dijo: «El amor de Dios se demostró en que, siendo sus enemigos, Cristo murió por nosotros. No se ponga triste, porque esa actitud maravillosa que usted tuvo solo pudo haber sido inspirada por Jesús».
Hace poco tiempo dirigí una campaña evangelizadora en La Paz, y ese capitán fue uno de los primeros en aceptar la invitación de unirse a la Iglesia Adventista a través del bautismo.
¿Quién puede comprender la inmensidad del amor de Jesús? Odiado, ridiculizado, herido y crucificado en el Calvario, mira al ser humano y le dice:
«Hijo, puedes pensar que no existo, que este asunto del cristianismo es pura tontería, puedes tener rabia de mí porque crees que traje problemas a tu familia, pero yo te amo. Yo muero aquí por ti porque eres lo mejor que tengo en este mundo».
¿Cómo resistirse ante semejante amor?
Hoy puedés abrir el corazón a Jesús y decirle: «Señor, acepto tu sacrificio por mí». Que Dios te bendiga en este nuevo día de actividades que tienes delante de ti.