«Por las gacelas y cervatillos del bosque, no interrumpir el sueño de mi amor.
¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!» (Cantares 2: 7).
Conozco al clásico niño que, con solo ciqnco años, ya es un rompecorazones. Lleno de personalidad y confianza, siempre está hablando de su última «novia». Por supuesto, lo más parecido que él y su chica han tenido a una cita ha sido verse en el parque bajo la supervisión de sus padres para correr entre los columpios y las barras. No hace falta mencionar que el máximo contacto físico que han tenido ha sido que él le ha tirado de la coleta y ella se ha girado para intentar darle una «galleta».
Los adultos a menudo bromean con los niños (¡y con los adolescentes!) acerca de si tienen o no tienen novio o novia. Lo hacen por diversión, pero lo cierto es que las consecuencias pueden ser peligrosas. La idea de tener una cita o salir con alguien es encontrar a tu compañero para toda la vida, y todos sabemos que un niño de cinco años, o incluso de trece, no está preparado para un compromiso así. De manera que hablar constantemente de ello y presionar para que alguien encuentre novio o novia, suscita la ¡dea mucho antes del momento idóneo.
Cantares es un libro que celebra no solo el amor que Dios tiene por nosotros, sino la belleza de un amor puro y romántico entre un hombre y una mujer. Sin embargo, incluso en el contexto de algo que honra las relaciones de amor comprometidas, encontramos una advertencia (que se repite en tres ocasiones): «Prométanme, mujeres dejerusalén, no interrumpir el sueño de mi amor. ¡Déjenla dormir hasta que quiera despertar!» (Cantares 8: 4). Y esta advertencia también se aplica a los chicos. No comiencen a suscitar sentimientos y deseos demasiado pronto. Cuanto antes empiecen a pensar que deben tener novia o novio, más difícil les resultará esperar al plan tan increíble que Dios tiene para ustedes.
Si se precipitan en las relaciones, solo despertarán deseos que no son propios de esta edad. No pasa nada por tener dieciséis o veinte años y no tener pareja: no pasa absolutamente nada. Dios tiene una capacidad maravillosa para guiarnos hasta la persona adecuada, y perseguir el amor antes de que «quiera despertar» solo enredará las cosas. Sin duda alguna, merece la pena esperar un poco más para descubrir el plan que Dios tiene para ti.
Ponlo en práctica: ¿Estás despertando el amor antes de tiempo con lo que ves y escuchas, con lo que llevas puesto o con un trato inapropiado hacia las personas del sexo opuesto? ¿Qué puedes hacer para frenar eso y respetar los tiempos de Dios?
Ponlo en oración: Deja tu vida amorosa en manos de Dios y él hará de ella algo increíble.