Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices!» (Salmo 118: 24).
El año pasado decidí emprender lo que yo llamo el «Proyecto 365». El objetivo era tomar una fotografía cada día durante todo un año. Desde siempre, mis fotos preferidas han sido siempre fotos informales tomadas un día cualquiera, y no fotografías tomadas en ocasiones especiales y en las que salgo con alguna pose. ¿Por qué no coleccionar recuerdos del día a día durante todo un año?
En enero empecé entusiasmada; disfrutaba tomando fotos creativas. Sacaba la cámara en casa, en el trabajo e incluso en el supermercado. Mis amigos también se estaban aficionando a ello, y me sugerían buenas ideas para mis instantáneas. Febrero tampoco se me dio mal; aún tenía un montón de buenas ideas. Pero a medida que pasaban los meses, cada vez se me hacía más complicado encontrar maneras nuevas de documentar mi vida. Atravesé un par de periodos durante los cuales los días de trabajo se alargaron mucho; no tuve vacaciones ni surgieron eventos especiales, y empecé a confundir los días. «¿He tomado alguna foto hoy? —me preguntaba al final de un duro día—.Bueno, si no he hecho ninguna, no se notará la diferencia; mañana tomaré dos».
Tras unas semanas de rutina durante las cuales cada día me parecía exactamente igual al anterior, me di cuenta de que era hora de salir de aquella aburrida monotonía. Tenía que dejar de tomar fotografías del montón de trabajo que tenía o de la pantalla de la computadora (sí, hacía eso) y empezar a encontrar algo único y especial en cada día. Así que puse en práctica las palabras de David: «Este es el día en que el Señor ha actuado: ¡estemos hoy contentos y felices!» (Salmo 118: 24). Buscando la belleza por todas partes, salí a la caza de momentos del día que merecieran la pena ser retratados, que fueran motivo de celebración. tal como dice el salmo. Cuando iba manejando de camino al trabajo, detuve el auto a un lado de la carretera y me bajé para tomar una fotografía a una vaca junto a un árbol que estaba floreciendo. Tomé una foto de mis amigos riéndose de un chiste y otra de mis pies saliendo de un cálido baño de burbujas. Empecé a descubrir pequeños momentos de deleite y me sentía feliz por ello.
No te pierdas los pequeños detalles alegres del día a día. Disfruta de cada momento y celebra otro día de vida.
Ponlo en práctica: Presta atención a los pequeños detalles del día que lo hacen especial y deléitate en cada momento.
Ponlo en oración: Da gracias a Dios por la alegría