¡Que hablen de tus hechos poderosos! Salmos 145: 11.
(Necesitarás revistas misioneras.)
El ejercito sirio derroto a los israelitas. Capturó a muchos niños y jóvenes; los llevó a su país para trabajar como esclavos. Entre ese grupo se encontraba una niña, que ahora servía a la esposa de un capitán sirio, Naamán. La niña nunca olvidó las enseñanza de sus padres, a pesar de que sufría mucho por estar lejos de sus seres amados. Oraba todos los días al Dios verdadero.
Un día Naaman, se contagió de lepra, una espantosa enfermedad que provocaba que parte de la piel se cayera. Ningún medico pudo ayudarlo. Clamó a sus dioses pero fue inútil. La esclava notó la tristeza de su ama, así que sugirió:
-Conozco a un profeta, un hombre de Dios que puede ayudar a su esposo para que sane.
La esposa se lo contó a Naaman y este partió a buscar al profeta Eliseo, quién lo mandó a decir con su criado que se sumergiera siete veces en rio Jordán.
¡Naamam se enojó muchisimo!
-¡Los rios de mi país son mejores que cualquier de Israel!
Pero sus hombres lo convencieron de que obedeciera. Tras sumergirse por séptima vez en el rió, al salir del agua, Naamán vió que su piel estaba firme y saludable. ¡El Dios de esa esclava había sanado al capitán! Dios desea que tú también hables a quienes no conocen a Dios, de su gran amor por nosotros . Ahora sal y regala a tus vecinos las revistas misioneras.