«Cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos». Apocalipsis 14: 3
AQUEL QUE HA DE VENIR dice: «Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho» (Apoc. 22: 12, NVI). Toda buena obra realizada por el pueblo de Dios como fruto de su fe, tendrá su correspondiente recompensa. Como una estrella difiere de otra en su brillo, así los creyentes tendrán sus diferentes esferas asignadas en la vida futura. [… ]
Entonces se registra la siguiente escena: «Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban: «iAleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso»» (Apoc. 19: 6, NVI). Cantan el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.
Hemos de mantenernos cerca de nuestro gran Director, o seremos sorprendidos y perderemos de vista la providencia que preside sobre la iglesia, el mundo y cada individuo. Habrá profundos misterios en el trato divino. Podemos perder las pisadas de Dios y seguir nuestra propia confusión, diciendo: «Tus juicios no son conocidos». Pero si nuestro corazón es leal a Dios, llegará el día en el que comprenderemos todo.
Hay un día que pronto ha de amanecer en el que los misterios de Dios serán comprendidos, y todos sus caminos vindicados; en ese día la justicia, la misericordia y el amor serán los atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado, y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés, el siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de gracia y redención. Este canto será más alto, y se entonará en estrofas más sublimes, resonando por los atrios celestiales. Entonces se entonará el cántico de la providencia de Dios, el cual conecta las diversas dispensaciones; porque todo se ve ahora sin que haya un velo entre lo legal, lo profético y el evangelio. La historia de la iglesia en la tierra y la iglesia redimida en el cielo gira en torno a la cruz del Calvario. Este es el tema y es el canto: Cristo el todo y en todo; en antífonas y alabanzas que resuenan por los cielos entonadas por millares y por diez mil veces diez mil, y una innumerable multitud de la hueste de los redimidos. Todos se unen en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el cielo.— Testimonios para los ministros, cap. 16, pp. 437-44().