“Esta es la revelación que Dios hizo a Jesucristo, para que él mostrara a sus siervos lo que pronto ha de suceder. Jesucristo lo ha dado a conocer enviando su ángel a su siervo Juan” (Apocalipsis 1:1).
Durante años, mis hermanos y yo sospechábamos que mi hermano menor, Josh, nunca encontraría pareja. No es que sea feo ni raro, sino que es muy selectivo y tímido, una combinación mortal. Además, no sale mucho y siempre le ha faltado valor para tomar la iniciativa de acercarse a una muchacha. Por eso pensamos que nunca iba a encontrar a nadie. Por eso nos quedamos pasmados cuando nos enteramos de que iba a ir al banquete de primavera con una muchacha inteligente, agraciada y cariñosa. Casi nos quedamos sin aire cuando vimos su foto: era preciosa. V quedamos más embobados cuando la conocimos. Era maravillosa, era la pareja perfecta para mi hermano. ¡No es de extrañar que ahora ya estén comprometidos! Pero aun así no lo podíamos entender. ¿Cómo se había producido tal milagro? Recientemente lo supimos: fue ella quien dio el primer paso y lo invitó a salir. Si ella no hubiera tomado la iniciativa, te garantizo que nunca habría pasado nada entre ellos, y yo nunca habría tenido una cuñada por parte de Josh.
El Apocalipsis es un gran ejemplo de cómo Dios toma la iniciativa hacia nosotros. Dios propició el encuentro con Juan, enviándole visiones para que las escribiera. El comienzo del libro, “La revelación de Jesucristo”, nos muestra a un Dios que desea revelarse a sí mismo, que da el primer paso, que quiere que lo conozcamos. La gente se abruma con las cosas escritas en Apocalipsis, pero este libro, en realidad, nos muestra a Dios revelándonos su carácter. Nos presenta una de las imágenes más hermosas de Jesús en toda la Biblia. Léelo por ti mismo. Contémplalo cuando muere por nosotros, cuando pelea con bestias por nosotros, cuando encuentra maneras de protegernos y nos envía mensajes de advertencia acerca del futuro. Aquí él sella a su pueblo y nos promete que vendrá otra vez. Un escritor dijo que, en el Apocalipsis, todos los demás libros de la Biblia se encuentran y terminan, resaltando a Jesús como el centro de toda esperanza.
Tal vez has concebido la imagen de un Dios que espera que vayas detrás de él, o que está esperando para poder limpiarte y estar complacido contigo. No obstante, por el contrario, es él quien se revela a nosotros, nos ayuda a conocerlo y toma la iniciativa en todo momento. ¿Lo has visto revelándose en tu vida recientemente?