Descalzate, porque el lugar donde estás es sagrado. Éxodo 3: 5.
(Necesitarás pintura, una brocha y un pliego de cartulina blanca.)
Un día, cuando Moisés cuidaba las ovejas de su suegro en el monte Horeb, vio que un pequeño arbusto se quemaba. Lo más extraño es que pasaba el tiempo y la planta no se consumía; ardía y ardía.
Moisés, lleno de curiosidad, se acercó. ¡De repente, escuchó una voz que le decía: «Moisés, Moisés»!
—Aquí estoy —contestó él.
Era Dios, que quería hablar con Moisés.
—No te acerques —le dijo—. Quítate las sandalias de tus pies, pues este lugar es sagrado. Yo te voy a enviar al faraón para que saques a mi pueblo de Egipto.
Quitarse las sandalias en un lugar sagrado era costumbre en aquel tiempo. Dios estaba allí para hablar con Moisés; tenía que mostrar reverencia.
Tú, ¿cómo te portas tu cuando vas a la iglesia, o cuando tienes el culto en tu casa? ¿Eres reverente, o te mueves de un lado a otro y no pones atención?
Dios desea que mostremos respeto, sobre todo cuando estamos ante su presencia. Ahora repite: «Mis inquietos piececitos rápidos y alegres son; con ellos brinco y juego y a todos lados voy. Pero en el culto y la iglesia saben tan suavemente andar, que aunque vayan caminando, nadie los oye pasar».
Quítate los zapatos, pinta las planta de tus pies con la pintura y marca tus huellas en la cartulina. Tus papás harán lo mismo.
HABLA CON JESÚS:
Querido Jesús, ayúdame a mostrar respeto ante tu presencia.Amén.