«Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias, que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor»» (Lucas 2: 10-11, NVI).
a Navidad que el mundo celebra hoy no tiene el mismo significado que tiene en la historia bíblica, a causa de toda la emoción por Papá Noel, los regalos, las cenas… y la búsqueda de generar dividendos sin medida. Sin embargo, eso no quita el brillo y la importancia del primer advenimiento de Jesucristo.
El texto bíblico de hoy describe la noche en que una delegación del cielo vino a la tierra, a traer las noticias más importantes: el nacimiento de Jesús.
Era una noche común y corriente, en que los pastores estaban trabajando en su rutina de cuidar de las ovejas, sin saber que un evento tan importante para la humanidad estaba sucediendo en ese momento. Al ser testigos de lo sobrenatural, se asustaron; incluso se aterrorizaron.
El mensaje del ángel fue directo; era de gran gozo para los que lo recibían en la ciudad de David, y para todos los hombres y las mujeres de todas las edades que lo reciben hoy: iel Salvador ha nacido!
Y su misión tenía un sentido sacrificial y sustitutivo. Toda la expresión del amor divino se vio manifiesta en Cristo, mostrando su gracia al hacernos hijos amados del Padre. Hijos perdonados, gracias a la sangre de Jesús vertida en la cruz del Calvario. Si Jesús no hubiese venido, nuestra historia habría sido desesperada. No tendríamos la confiada expectativa del cielo, ni de nuestros nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero. En la Navidad conocemos este Regalo que, aunque no somos dignas ni lo merecemos, es ofrecido con tanta liberalidad.
La Navidad es la noticia más importante que puedes recibir en tu noche llena de oscuridad e inseguridad. Es un mensaje de esperanza enviado de lo Alto, que señala a un Salvador que no solo desea nacer en un establo, sino también en los corazones de todos aquellos que conocen la historia del amor de Dios por la humanidad perdida, separada de las puertas celestiales. Jesús dijo sobre sí mismo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14: 6).
iAbre tu corazón a Jesús en este día especial, y experimenta el verdadero gozo del cielo!