«Después vi subir de la tierra otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como un dragón» (Apocalipsis 13:11, RVC)
I fin podían pisar esa tierra que tanto habían añorado y con la que tanto habían soñado. Ese 21 de diciembre de 1620, William Bradford y los demás padres peregrinos del Mayflower desembarcaban en lo que ahora se conoce como la Roca Plymouth, en Plymouth, Massachusetts, Estados Unidos. Este grupo huía de la fuerte persecución que sufrían los protestantes en Europa, especialmente por parte del anglicanismo en Inglaterra Anhelaban establecerse en una tierra donde pudieran adorar a Dios de acuerdo con la Biblia y lo que su conciencia les dictaba.
Todavía el papado no había recibido la herida como de muerte, y en la memoria de estos peregrinos permanecían los casi 1.200 años de persecución religiosa. Recién con la Revolución Francesa vendría la herida como de muerte, asestada en 1798. Con esta, la profecía daría un paso más hacia occidente, paso que, en ese momento, estaban dando los peregrinos del Mayfiowen
Comenzando con Babilonia, las profecías de Daniel y de Apocalipsis indican un corrimiento hacia occidente, comenzando en Oriente Medio, para luego centrarse en Asia Menor, Europa y, finalmente, Estados Unidos de América. Este corrimiento hacia el Oeste es importantísimo para poder comprender con claridad cuáles de los hechos históricos contemporáneos son proféticamente relevantes.
No todos los imperios mundiales ni todos los grandes eventos históricos han sido claves para la profecía. De particular importancia ha sido el lugar donde el pueblo de Dios se encontraba, que se fue expandiendo hacia Occidente. Con el viaje de los padres peregrinos hacia Estados Unidos, la profecía daba su último paso hacia el Oeste. Allí surgiría la bestia que sale de la tierra (Apoc. 13), que tendría apariencia de cordero pero hablaría como dragón. Será este poder, Estados Unidos, el que ayudará a sanar la herida como de muerte del papado y dará aliento a la imagen de la bestia.
En ese momento, la nación que dio refugio a quienes habían sido perseguidos por su religión en Europa, y que estableció la libertad religiosa como uno de sus pilares, traicionará estos principios y volverá a legislar sobre materia religiosa, imponiendo un falso día de adoración a Dios. Pero, así como Dios preservó a sus hijos a lo largo de la historia, lo hará en este gran conflicto final. El Apocalipsis revela que Dios libertará a los fieles de las garras del enemigo justo antes de su Segunda Venida.
Hoy, toma la determinación de estar entre aquellos que permanecerán fieles frente a viento y marea. MB