« Vengan, volvamos al Señor, Esforcémonos en conocer al Señor; segura como la aurora es su venida: vendrá a nosotros como la lluvia, como lluvia de primavera que empapa la tierra».Oseas 6:1-3, LPH
EL FIN DE TODAS LAS COSAS se acerca» (2 Ped. 4: 7). No deberíamos, por consiguiente, permitir que lo que ya hemos hecho sea el punto final de nuestra obra. El Capitán de nuestra salvación dice: «Avancen. «La noche viene cuando nadie puede obrar»» (Juan 9: 4, RVA). Necesitamos mejorar y aumentar constantemente en eficacia y eficiencia. Nuestra vida siempre debe estar bajo el poder de Cristo y nuestras lámparas han de estar permanentemente encendidas. La oración es uno de los medios dispuestos por el cielo para que alcancemos el éxito. Los llamamientos, las peticiones y la influencia de determinados personajes, pueden motivar a los seres humanos, y hacen su parte en la dirección de los asuntos de las naciones. La oración, sin embargo, motiva al cielo. El poder que solo llega en respuesta a la oración les dará a los creyentes la sabiduría del cielo, y los capacitará para obrar bajo la dirección del Espíritu, unidos por los lazos de la paz. La oración, la fe y la confianza en Dios proporcionan un poder divino que le da a los planes y proyectos humanos su verdadero valor: cero. El Señor ha dado revelaciones divinas a los seres humanos en todas las épocas, a fin de que pudieran cumplir su propósito de enseñar gradualmente las verdaderas doctrinas ante la inteligencia humana. Su forma de impartir la verdad resulta ilustrada por las palabras: «Vendrá a nuestro encuentro como la luz del alba» (Ose. 6: 3, RVC).El que se sitúe a sí mismo donde Dios pueda alumbrarlo, avanzará de la oscuridad parcial del amanecer, hasta el total esplendor del mediodía. Del mismo
modo que el sol progresa en su trayecto de gracia y amor, como los dorados rayos del día inundan el escenario del cielo y embellecen bosques y montañas, despertando al mundo al dispersar las tinieblas de la noche, así los seguidores de Cristo deberán proseguir en su misión de amor en el mundo.— Australclsian Union Conference Record, 10 de noviembre de 1904.