No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios. Romanos: 1: 16.
(Necesitarás una tarjeta y pinceles).
Un día, la familia de Kenia entró a un restaurante. El mesero amablemente tomó las órdenes. Cuando les llevaba los platillos, notó que la familia estaba con los ojos cerrados, agradeciendo a Dios por los alimentos. Kenia, que era la más pequeña, mantuvo los ojos abiertos durante la oración. Le daba vergüenza que la vieran los demás comensales.
Al final de la comida, el mesero se acercó nuevamente a ellos.
—Ustedes son cristianos, ¿verdad? Siempre que vienen a este restaurante, oran antes de comer y son muy amables. Me gustaría saber más de lo que ustedes creen.
¡Los ojos de Kenia se abrieron como platos por la sorpresa! ¡una simple oración por los alimentos había sido testimonio ante el mesero!
Cuando vas a la iglesia, ¿llevas en tu mano tu Biblia o la escondes? ¿Oras siempre, aun cuando estés en un lugar público? ¡Recuerda que Jesús nunca se avergüenza de ti, aunque a veces hagas travesuras!
Haz una tarjeta con el símbolo de los cristianos, el pez, que diga: «Cristianos con orgullo». Colócala en la luneta trasera del automóvil de tu familia, para que todo el mundo lo pueda ver.
HABLA CON JESÚS:
Querido Jesús, perdóname si a veces te he negado con mis actos. Ayúdame a sentir orgullo de ti adondequiera que vaya. Amén.