«Si no usan su lengua para pronunciar palabras que se puedan entender, ¿cómo va a saberse lo que están diciendo? […] Porque cuando la iglesia se encuentra reunida, si todos están hablando en lenguas, y entra una persona común y corriente o un no creyente, creerá que ustedes se han vuelto locos» (1 Corintios 14: 9, 23).
La única vez que intenté hablar en lenguas fue con un enojado guardia de seguridad a medianoche, desde un jacuzzi. Nuestra familia acababa de registrarse en un hotel, pero era ya tan tarde que la piscina y el spa estaban cerrados. Sin embargo, mis hermanos y yo decidimos saltar la reja. Si nos conocieras sabrías que nosotros no hacemos nada en silencio, por mucho que lo intentemos. Así que en cuestión de minutos ya habíamos despertado el interés de un guardia de seguridad del hotel. Aquel guardia abrió la reja, se acercó a nosotros y nos gritó con acento extranjero que saliéramos del agua inmediatamente. No recuerdo si lo habíamos planificado o no, pero comenzamos a hablarle al guardia en sueco, después mi hermano contó hasta diez en alemán y luego yo seguí recitando el estribillo de la Marsellesa, que es el himno de Francia. También contamos en japonés. Aquellas eran las únicas palabras y frases que sabíamos en algún idioma extranjero y las utilizamos con la intención de que el guardia pensara que nosotros también éramos extranjeros y que, por lo tanto, no habíamos entendido la señal de «Piscina cerrada». Esperábamos que nos perdonara y nos dejara irnos. ¡¡¡Y lo hizo! ! ! Nos pidió que saliéramos del agua y así fue como llegamos a nuestra habitación muertos de la risa.
Supongo que estarás pensando que eso no es realmente hablar en lenguas. Cierto. Pero quizás de lo que no te des cuenta es de que muchas veces en las iglesias lo que llaman hablar en lenguas tampoco lo es, al menos no según la Biblia. En 1 Corintios 14, Pablo detalla en qué consiste hablar en lenguas. Dice que hablar en lenguas solo tiene sentido cuando está alguien presente para interpretarlas, porque el propósito de hablar en lenguas es la edificación de la iglesia. Así que si no hay nadie que interprete el mensaje, entonces no puede edificar a nadie, por lo tanto Pablo dice que eso es como hablarle al aire. Un montón de personas farfullando y balbuceando no encaja con la descripción que hace Pablo de lo que significa hablar en lenguas.
Lo más importante de esto es que todo lo que la iglesia practica, debe ser contrastado con la Biblia, para ver si es correcto o no.