«Esforcémonos por conocer a Jehová: cierta como el alba es su salida. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana viene a la tierra». Oseas 6: 3
HOY DIOS SIGUE usando su iglesia para dar a conocer su propósito en la tierra. Hoy I I los heraldos de la cruz van de ciudad en ciudad, y de país en país para preparar el camino para la segunda venida de Cristo. Se exalta la norma de la ley de Dios. El Espíritu del Todopoderoso conmueve el corazón de los seres humanos, y los que responden a su influencia llegan a ser testigos de Dios y de su verdad. Pueden verse en muchos lugares hombres y mujeres consagrados comunicando a otros la luz que les iluminó el camino de la salvación por Cristo. Y mientras continúan haciendo brillar su luz, como aquellos que fueron bautizados con el Espíritu en el día de Pentecostés, reciben más y aun más del poder del Espíritu. Así la tierra ha de ser iluminada con la gloria de Dios. [. . . ]
Es cierto que en el tiempo del fin, cuando la obra de Dios en la tierra esté por terminar, los fervientes esfuerzos realizados por los consagrados creyentes bajo la dirección del Espíritu Santo irán acompañados por manifestaciones especiales del favor divino. Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía que cae en los países orientales al tiempo de la siembra y la cosecha, los profetas hebreos predijeron el derramamiento de la gracia espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y los resultados fueron gloriosos. Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu morará con la iglesia fiel.
Pero acerca del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía; y en procura de este poder adicional, los cristianos han de elevar sus peticiones al Señor de la mies «en la estación tardía» (Zaca IO: l, RVC). En respuesta, el Señor «hará descender [„ .l lluvia temprana y tardía» (Joel 2: 23).
Pero a menos que los miembros de la iglesia de Dios hoy tengan una relación viva con la fuente de todo crecimiento espiritual, no estarán listos para el tiempo de la siega, A menos que mantengan su» lámparas preparadas y ardiendo, no recibirán la gracia adicional en tiempo de necesidad especial.
Únicamente los que estén recibiendo constantemente nueva provisión de gracia, ‘tenuna fuera proporcional a su necesidad diaria y a su capacidad de emplearla.—— Los hechos de los apóstoles, cap. 5, pp. 4 J -42.