“Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (Rom. 7:16, 17). ¿Qué lucha se presenta aquí? ______________________________________________________________
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Al usar la Ley como espejo, el Espíritu Santo convence a una persona de
que no agrada a Dios porque no cumple con los requerimientos de la Ley. Si se
esfuerza para cumplir con esos requisitos, el pecador muestra que reconoce que
la Ley es buena.
¿Qué puntos, que Pablo ya había tocado, repite por énfasis? Rom. 7:18-20.
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Para llamar la atención de una persona a su necesidad de Cristo, el Espíritu
Santo a menudo la conduce a través de una experiencia al estilo del “Antiguo
Pacto”. Elena de White describe la experiencia de Israel de la siguiente manera:
“Los israelitas no se dieron cuenta de la pecaminosidad de su propio corazón, ni
que sin Cristo les era imposible guardar la Ley de Dios; y con excesiva premura
concertaron su pacto con Dios. Creyéndose capaces de ser justos por sí mismos,
declararon: ‘Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos’ (Éxo.
24:7). […] Apenas unas pocas semanas después, quebrantaron su pacto con Dios
al postrarse a adorar una imagen fundida. No podían esperar el favor de Dios
por medio de un pacto que ya habían roto; y ahora sintieron su pecaminosidad
y necesidad del Salvador revelado en el pacto de Abraham y simbolizado en los
sacrificios. De manera que, mediante la fe y el amor, se vincularon con Dios como
su libertador de la esclavitud del pecado. Ya estaban capacitados para apreciar
las bendiciones del nuevo pacto” (PP 388).
Lamentablemente, al no renovar su dedicación a Cristo diariamente, muchos
cristianos, de hecho, están sirviendo al pecado, por más que detesten admitirlo.
Ellos racionalizan que, en realidad, están pasando por la experiencia normal de
la santificación y que simplemente todavía tienen un largo camino por recorrer.
Por eso, en lugar de llevarle a Cristo los pecados conocidos y pedirle que les dé
la victoria sobre ellos, se esconden detrás de Romanos 7, que les dice, según ellos
piensan, que es imposible hacer el bien. En realidad, este capítulo está diciendo
que es imposible hacer el bien cuando una persona es esclava del pecado, pero
la victoria es posible en Jesucristo.
¿Obtienes las victorias sobre el yo y el pecado que Cristo nos promete? Si no, ¿por qué? ¿Cuáles son las malas decisiones que tomas?