¿Cómo describe Pablo la nueva relación en Cristo? Rom. 8:15. ¿Qué esperanza encontramos en esta promesa? ¿De qué forma la concretamos en nuestra vida? __________________________________________________________
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Pablo describe la nueva relación como una liberación del temor. Un esclavo
está cautivo; vive en un estado de constante temor de su amo. Tiene que soportar
no obtener nada de sus largos años de servicio.
Pero, no es así con los que aceptan a Jesucristo. En primer lugar, su servicio
es voluntario. En segundo lugar, lo sirven sin temor porque “el perfecto amor echa
fuera el temor” (1 Juan 4:18). Y, en tercer lugar, se convierten en herederos de una
herencia de valor infinito.
“El espíritu de servidumbre se engendra cuando se procura vivir de acuerdo
con una religión legal, mediante esfuerzos para cumplir las demandas de la Ley por
nuestra propia fuerza. Solo hay esperanza para nosotros cuando nos ponemos bajo
el pacto hecho con Abraham, que es el pacto de gracia por la fe en Cristo Jesús. El
evangelio predicado a Abraham, por medio del cual tuvo esperanza, es el mismo
evangelio que nos es predicado a nosotros hoy, mediante el cual tenemos esperanza.
Abraham contempló a Jesús, quien es también el Autor y Consumador de nuestra
fe”.–“Comentarios de Elena G. de White”, Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 1.077.
¿Qué nos da la seguridad de que Dios realmente nos ha aceptado como hijos? Rom. 8:16. ____________________________________________________________
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El testimonio interior del Espíritu confirma nuestra aceptación. Si bien no es
seguro dejarse llevar meramente por los sentimientos, los que han seguido la luz
de la Palabra lo mejor que pudieron oirán una voz interior consoladora que les
asegurará que han sido aceptados como hijos de Dios.
De hecho, Romanos 8:17 nos dice que somos herederos; es decir, somos parte
de la familia de Dios y, como herederos, como hijos, recibimos una maravillosa
herencia de nuestro Padre. No es algo que hayamos obtenido, sino que la recibimos
en virtud de nuestra nueva condición delante de Dios; una condición que
recibimos mediante su gracia, que tenemos a nuestra disposición gracias a la
muerte de Jesús en nuestro favor.
¿Cuán cerca estás del Señor? ¿Realmente lo conoces o simplemente sabes acerca de él? ¿Qué cambios debes hacer en tu vida para poder caminar más cerca de tu Creador y Redentor? ¿Qué te detiene, y por qué?