«Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más»,Apocalipsis 21: 1
BUSCANDO EN INTERNET lo que las personas piensan acerca del cielo, encontré lo siguiente: «Dicen que los benditos que alcancen la gloria y el cielo, pasarán la eternidad contemplado el rostro de Dios, en perpetua adoración. ¿Te seduce esa idea? ¿No será un poco aburrido? ¿No preferirías algo más humano, tal como cuidar el huerto y tus lechugas? ¿No te apetecerían más las setenta vírgenes del paraíso islámico? ¿O reencarnar en una lagartija, o algo así, que esté vivo?». Las respuestas a esta pregunta son interesantes. «No me gustaría pasarme la eternidad sobre una nube, tocando el arpa y mirando a la cara al viejo iracundo inexistente. Prefiero reencarnarme en una lagartija». Otra: «Si contemplar el rostro de diosito, por toda la eternidad, es el premio, prefiero vivir lo que me quede de vida, y se acabó».Pero entre las muchas respuestas socarronas que encontré, había una diferente. Creo que la chica se llamaba Patricia: «Es lo único que quiero en la vida. Contemplar a Jesús eternamente. Mirarlo y admirarlo; adorarlo. Descansar sobre su pecho, y sentir los divinos latidos de su amoroso corazón. Escuchar su voz, todo el tiempo, que me llame por el nombre que él me puso. Decirle todo el tiempo «Te amo» con mis ojos, con mi voz, conmis manos, con mi corazón». Lo único que la Biblia registra, al respecto, es que en el cielo te esperan cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en el pensamiento del hombre. Y que allá no habrá dolor,
ni muerte, ni llanto ni nada de lo que te causa tristeza, porque las primeras cosas habrán pasado. ¿Para qué preocuparme con el hecho de que allá solo comeré hojas de árboles, o qué forma tendrá la casa en la que viviré? Dios creó el trabajo para Adán y Eva como una bendición, antes de la caída; quiere decir que el trabajo será parte de la vida gloriosa en la que el pecado no existirá. Y, si el trabajo será una benclición para los redimidos, entonces la vida eterna será un permanente estar ocupado, La diferencia es que el trabajo no será cansador, agobiante ni injusto, como lo es en este mundo de pecado. Haz de este un día de expectativas. No te dejes influir por la manera incrédula de encarar las cosas divinas, porque «vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más»