Lo que si sé es que yo era ciego y ahora veo, Juan 9:25
Necesitarás venda para cubrir los ojos, un lápiz, una hoja de papel y lápices de colores.
(Cubra los ojos de su niño[a] y pídale que dibuje una casa, con árboles y flores. Luego permítale ver su dibujo.)
¿Es realmente el dibujo que tenías en mente hacer? ¿Te gustó?
En la Biblia se cuenta la historia de un hombre muy triste porque nunca había visto la luz del sol, pues era ciego de nacimiento. No podía leer ni escribir, ni siquiera podía trabajar. Su vida era muy infeliz. Lo único que podía hacer era pedir limosnas para poder comer. ¡Pero un día, su vida cambió! Jesús pasó por su aldea y cuando lo vio, le puso lodo en los ojos, oro por él y lo sanó.
El hombre antes ciego, por primera vez vio la luz del sol, los pájaros, la gente, las casas, las flores y todo lo que le rodeaba. En ese momento, ¡gritó y saltó de alegría, pues su vida ya no sería la misma! Ahora podría conseguir un trabajo, construir una casa y vivir bien.
Jesús es tan bueno con nosotros, que cuando ve que sufrimos, busca siempre cómo ayudarnos.
Ahora, el mismo dibujo que hiciste con los ojos vendados, repítelo, ya sin la venda. Muéstralo a tus padres y diles que das muchas gracias a Jesús porque puedes ver.
HABLA CON JESÚS:
Gracias, Jesús, porque me das la vista, para disfrutar toda tu creación. Amén.