“¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida” (Gén. 19:17).
¿Te gustan las serpientes? A mucha gente no les gustan para nada; les dan asco, porque son así como viscosas. O les tienen miedo, porque algunas despiden veneno. Yo les tengo miedo y, al mismo tiempo, también me dan un poquito de asco.
¿Te imaginas que existiera alguna señal para distinguir de un solo vistazo qué serpientes son venenosas y cuáles no? Hoy por hoy, no sabemos muy bien aún cómo distinguirlas. Por ejemplo, dicen los expertos que algunas serpientes cascabel, cuando se ven sorprendidas, atacan sin hacer el ruido que se supone que hacen antes de atacar, como un sonido de cascabel. ¿Ves? No hay nada seguro. Dicen, también, que las serpientes de coral, que son muy venenosas, pueden confundirse con otras serpientes que se les parecen mucho, pero que no tienen veneno. Así que, cuando vemos esas bandas transversales de color rojo, amarillo y negro quizá no estamos viendo una coral sino otra serpiente, que no es venenosa. Claro que no creo que cuando veas una serpiente amarilla, roja y negra te detengas a estudiar la sucesión de colores… Lo más sensato es poner la mayor distancia entre ella y tú, sea venenosa o no.
Y la cosa se complica todavía más con las serpientes. Aunque una serpiente sea inofensiva, es decir, que no tenga veneno, su mordedura puede provocar infección. Por eso debemos tener siempre cuidado con las serpientes, si estamos en un lugar en el que sospechamos que haya. ¡No podemos correr riesgos! Debemos protegernos con guantes, botas y pantalón largo, y tener cuidado por dónde caminamos. Pero el mejor remedio ¡es evitarlas! Así nos aseguramos de que no nos hagan nada.
Algunos hábitos son como las serpientes. Al comienzo parecen bonitos, inofensivos. Pero “su mordedura” no lo es. Cuando nos damos cuenta, nos dejan una “infección”. Por ejemplo, ver la televisión. No tiene nada de malo, ¿verdad? Pero si nos descuidamos y vemos cualquier cosa, todos los días, varias horas cada vez, el día menos pensado nos volvemos agresivos, violentos, mal hablados… Porque algunos programas contienen esos “venenos”. ¡No podemos correr riesgos! Pongámonos a salvo, seamos inteligentes, y evitemos todo lo que pueda ser venenoso.