«El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a míyyo vivo unido a él».Juan 6: 56, TIA
MEDITAR EN LA PALABRA DE DIOS nos hará sabios para la salvación. El conocimiento de las Sagradas Escrituras asegurará nuestra felicidad y éxito en la perfección del carácter cristiano. Todos los que reciban la Palabra de Dios con fe, serán hacedores de ella. Su mentalidad se expandirá con verdadero conocimiento, lo cual lo ilustra Cristo diciendo: «El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él» (Juan 6: 56, DHH). Y a medida que practiquen la verdad, todos publicarán la Palabra de vida a otros. De ese modo llegan a ser una influencia poderosa, «una fragancia que les da vida» (2 Cor. 2: 16, DHH). Cristo dijo: «El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida» (Juan 6: 63, RVC). «El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre» (Juan 6: 56-58, DHH).
Satanás hará todo lo posible para que consumamos alimento que no tenga nada que ver con «que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (Juan 17: 3)’ Los que conservan rasgos toscos de carácter y continúan revelando defectos humanos en sus palabras y acciones, dan testimonio de que no COmen la carne ni beben la sangre del Hijo de Dios.—– The Youth’s Instructor, 8 de diciembre de 1898.La Palabra de Dios que mora en el corazón es la que vivificará las facultades espirituales.— The Youth’s Instructor, 10 de enero de 1895.