LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 5:16-25; Deuteronomio 13:4, 5; Romanos 7:14-24; Jeremías 7:9; Oseas 4:2; Mateo 22:35-40.
PARA MEMORIZAR:
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gál. 5:16).
UNO DE LOS HIMNOS CRISTIANOS más queridos es “Fuente de la vida eterna”,de Robert Robinson. Sin embargo, el autor no siempre fue un hombre de fe. La muerte de su padre lo hizo enojar, y cayó en el libertinaje y la borrachera. Después de escuchar al famoso predicador George Whitefield, Robinson entregó su vida al Señor, llegó a ser un pastor metodista y escribió ese himno, que originalmente incluía los versos: “Oh, de la gracia un gran deudor/Diariamente estoy constreñido a ser./Que tu bondad, como un grillete, enlace mi errante corazón a ti”.
Incomodado por el verso sobre el corazón errante del cristiano, alguien cambió
las palabras: “Predispuesto a adorarte, Señor, me siento, predispuesto a amar al
Dios al que sirvo”.
A pesar de las buenas intenciones del editor, las palabras originales describen
acertadamente la lucha del cristiano. Como creyentes, poseemos dos naturalezas, la carne y el espíritu, y están en conflicto. Aunque nuestra naturaleza pecaminosa siempre estará “predispuesta” a alejarnos de Dios, si estamos dispuestos a entregarnosa su Espíritu, no necesitamos seguir esclavizados a los deseos de la carne.
Este es el tenor del mensaje de Pablo en los textos para esta semana.