y él te concederá los deseos de tu corazón» (Salmo 37: 4, NVI).
«Tus mandalllientos llan sido mi delicia» (Salmo 119: 143).
«Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos» (Salmo 112: 1, NVI).
Me encanta la música desde que era pequeña; en especial, el piano. En casa no teníamos piano, pero algunas de mis amigas sí tenían, y cuando nos reuníamos a jugar me escapaba a sus pianos y «tocaba». Mamá se dio cuenta de mi interés y contrató a una profesora particular de piano. No dejé de estudiar hasta que recibí mi diploma del conservatorio, el mismo mes que me gradué de la universidad.
Todos esos años, y las innumerables horas de práctica, debían tener un propósito. Y el propósito de Dios para mi «deleite» en la música continúa cumpliéndose. A lo largo de los años, en diferentes países y culturas, y entre personas que hablaban otro idioma que el mío, he tenido el hermoso privilegio de dirigir la música de la iglesia. Dios conocía su propósito para mí, y me preparó para cumplir ese propósito. ¡Hasta me dio un esposo músico!
Más adelante, tuve el privilegio de aprender a tocar el órgano. Con la ayuda de mi profesora, aprendí varias obras famosas, como la «Toccata y fuga en Re menor» de Bach, y la «Toccata» de Widor. Incluso tuve la oportunidad de tocarlas en una catedral europea. Los enormes tubos del órgano resonaban con potencia a mis espaldas, y los sonidos se elevaban en perfecta acústica hacia cada rincón de aquella catedral de altos techos abovedados. Esa experiencia fue un sueño para mí. Mi profesora estaba complacida; y yo también. Pero, más importante aún, mi Padre en el cielo estaba complacido de que yo hubiera trabajado con él en desarrollar el don musical que él me había concedido. Después de todo, un deleite otorgado por Dios trae equilibrio y gozo a nuestras vidas, especialmente cuando lo usamos para alabar al Señor por su bondad y su gran amor por nosotros.
Donde haya un amor constante por él, siempre hay deleite y deseo, determinación, decisión, dependencia y desarrollo.
¿Qué deleite en tu vida puede utilizar Dios a fin de cumplir sus propósitos para ti y bendecir a otros, al mismo tiempo?