«Entrará en la gloriosa tierra de Israel y muchas naciones caerán» (Daniel 1 1:41, NTV).
Una visita protocolar más dispararía uno de los conflictos más mediáticos en Israel y en Medio Oriente. El líder de la oposición del gobierno israelí, Ariel Sharon, visitó la explanada exterior del recinto de la Cúpula de la Roca, o Domo de la Roca, y la mezquita de Al-Aqsa, con permiso del jefe de la seguridad israelí en Cisjordania. La población palestina lo interpretó como una grave provocación. Hubo choques entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes. Luego, durante el momento de oración del viernes, cientos de jóvenes palestinos musulmanes apedrearon desde la Explanada de las Mezquitas a fieles judíos congregados ante el Muro. Israel respondió duramente, y las fuerzas de seguridad mataron a siete palestinos.
Esta visita del 28 de septiembre de 2000 originó la «Intifada Al-Aqsa», una oleada de violencia que se extendió a los territorios palestinos e Israel. Durante esta época, se popularizó el uso de bombas suicidas por las facciones palestinas más combativas, cuyos blancos fueron lugares frecuentados por civiles israelíes.
No casualmente estos incidentes se iniciaron allí. La Explanada de las Mezquitas o Templo del Monte, es un lugar sagrado o clave para las tres religiones monoteístas más grandes del mundo. Para el judaísmo, pues en el monte Moriah se sitúa la historia bíblica del sacrificio de Isaac. El rey David eligió el lugar de «la piedra del sacrificio de Isaac» para construir un Santuario, finalmente construido por Salomón, el Primer Templo. Destruido por Nabucodonosor, más tarde reconstruyeron el Segundo Templo allí. Finalmente, fue destruido por los romanos en el 70 d.C. y solo permanece el Muro de los Lamentos. Ese lugar es clave también para muchos cristianos dispensacionalistas, para quienes el Templo volverá a reedificarse para que aparezca el Anticristo.
En la Explanada se encuentran también dos de los templos más importantes del Islam: la Mezquita de Al-Aqsa, la cúpula «plateada», y el Domo de la Roca, la cúpula de oro, construidas en el siglo VII. La segunda debe su nombre a que alberga —según la tradición islámica- la piedra sobre la que Abraham sacrificaría a su hijo (Ismael, no Isaac, según el Corán). Desde esa misma piedra habría sido elevado Mahoma al cielo, para la tradición musulmana.
Actualmente, la Explanada es uno de los lugares sagrados más disputados del mundo. La pregunta es: ¿tiene un lugar destacado en la profecía? ¿Es necesaria la reconstrucción del Templo? ¿Será allí la «batalla del Armagedón»? Es hora de estudiar las profecías bíblicas, para no dejarnos engañar ni llevar por los acontecimientos que pronto se cernirán sobre el mundo. MB