Además de restaurar al caído, ¿qué otras instrucciones da Pablo a los creyentes de Galacia? Gálatas 6:2-5 ( CB ) ; ver también Romanos 15:1 ( CB ) ; y Mateo 7:12 ( CB ) .
La palabra griega traducida como “carga” en Gálatas 6:5 es baros. Literalmente se refería a una pesada carga que alguien debía llevar una larga distancia. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en una metáfora para cualquier clase de problema o dificultad, como la carga de un largo día de trabajo en un día caluroso (Mat. 20:12).
Mientras que el contexto inmediato de la declaración de Pablo de “sobrellevad los unos las cargas de los otros” por cierto incluye las caídas morales de los otros creyentes mencionados en el versículo anterior, el concepto de llevar las cargas que tiene en mente es mucho más amplio. Las instrucciones de Pablo revelan varios aspectos espirituales de la vida cristiana que no deberían pasarse por alto.
Primero, como lo señala Timothy George, “todos los cristianos tienen cargas.
Nuestras cargas pueden diferir en tamaño y forma, y también en clase, dependiendo del orden providencial de nuestra vida. Para algunos, es la carga de la tentación y las consecuencias de una caída moral, como en el versículo 1 aquí. Para otros, puede ser una enfermedad física, un desorden mental, una crisis familiar, la falta de empleo, la posesión demoníaca, o una infinidad de otras cosas; pero ningún cristiano está exento de cargas”.–Galatians, p. 413.
Segundo, Dios no desea que llevemos todas nuestras cargas solos. Lamentablemente, a menudo estamos más dispuestos a ayudar a otros a llevar sus propias cargas que a permitir que otros nos ayuden con las nuestras. Pablo condena esta actitud de autosuficiencia (Gál. 6:3) como orgullo humano, cuando rehusamos reconocer que también tenemos necesidades y debilidades. Esa clase de orgullo no solamente nos quita el consuelo de los demás, sino también impide que otros cumplan el ministerio que Dios los ha llamado a realizar.
Por último, Dios nos llama a llevar las cargas de otros porque el consuelo de Dios se manifiesta por medio de nuestras acciones.
Este concepto está construido sobre el hecho de que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Una ilustración de esto está en las palabras de Pablo: “Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito” (2 Cor. 7:6). Observa que “el consuelo de Dios no le fue dado a Pablo a causa de su oración privada y su espera en el Señor, sino a través del compañerismo de un amigo y por las buenas nuevas que él trajo.
“La amistad humana, en la que sobrellevamos las cargas los unos de los otros, es parte del propósito de Dios para su pueblo”.–John R. W. Stott, The Message of Galatians, p. 158.
¿Qué te impide buscar ayuda? ¿El orgullo, la vergüenza, la falta de confianza, un sentimiento de autosuficiencia? Si tienes necesidad, ¿por qué no buscas a alguien en quien confías y le pides que te ayude a sobrellevar tus cargas?
*Reavivados por su Palabra: Hoy, Lamentaciones 4 – Durante esta semana, PR caps. 41-42.*