PARA MEMORIZAR: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gál. 5:13).
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 5:1-15; 1 Corintios 6:20; Romanos 8:1; Hebreos 2:14, 15; Romanos 8:4; 13:8.
EN GÁLATAS 2:4, Pablo se refirió brevemente a la importancia de proteger la “libertad” que tenemos en Cristo Jesús. Pero ¿qué quiere decir Pablo cuando habla de “libertad”, lo cual hace tan a menudo? ¿Qué incluye esta libertad? ¿Cuán lejos llega esta libertad? ¿Tiene límites? Y, ¿qué conexión tiene la libertad en Cristo con la Ley? Pablo aborda estas preguntas al advertir a los gálatas acerca de dos peligros.
Primero, el legalismo. Los oponentes de Pablo en Galacia estaban tan enfocados en intentar obtener el favor de Dios por medio de su comportamiento que perdieron de vista la naturaleza liberadora de la obra de Cristo, de la salvación que ya tenían en Cristo por la fe.
El segundo peligro es la tendencia a abusar de la libertad que Cristo obtuvo por nosotros, cayendo en el libertinaje. Quienes sostienen esta visión
suponen erróneamente que la libertad es incompatible con la Ley.
Tanto el legalismo como el libertinaje se oponen a la libertad, porque ambos
mantienen a sus adherentes en una forma de esclavitud. Sin embargo, la apelación de Pablo a los gálatas es que permanezcan firmes en la verdadera libertad que es su posesión merecida en Cristo.