«Y el atalaya volvió a decir: Me parece el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc Y respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buenas nuevas» (2 Samuel 18:27).
Una batalla, una carrera, un mensajero y una historia que se hizo célebre para siempre. Ocurrió el 12 de septiembre del año 490 a.C., y tuvo lugar en los campos de la ciudad de Maratón, ubicada a unos pocos kilómetros de Atenas. La contienda bélica enfrentó por un lado al rey persa Darío l, que deseaba invadir y conquistar Atenas, y por otro lado, a los atenienses y sus aliados.
Ca proeza más recordada en esta batalla fue la de Filípides, que recorrió un largo camino para dar un mensaje. No está expresamente establecido adónde fue verdaderamente este corredor ni cuánta distancia corrió.
Por un lado, se cree que corrió desde Maratón hasta Atenas (37 km) para anunciar la victoria. Llegó y cayó muerto por el cansancio. Solo dijo: «Hemos vencido». Otras fuentes señalan que recorrió el camino de Atenas a Esparta para pedir ayuda al ejército espartano, pues la amenaza persa era ya evidente en el mundo griego. En este caso, la distancia era de 225 km. Sea cual fuera la distancia, fue toda una hazaña..
Hoy, la carrera atlética de 42 km lleva el nombre de Maratón, en honor a este gesto heroico.
En la batalla entre las tropas leales a David y las de su rebelde hijo Absalón, también hubo un mensajero que debía ánunciar el desenlace de la contienda. Este mensajero se llamaba Ahimaas. En los versículos 22 y 23 de 2 Samuel 18, se evidencia la determinación de este mensajero por cumplir su misión: «Entonces Ahimaas hijo de Sadoc volvió a decir a Joab: Sea como fuere, yo correré ahora tras el etíope. Y Joab dijo: Hijo mío, ¿para qué has de correr tú, si no recibirás premio por las nuevas? Mas él respondió: Sea como fuere, yo correré Entonces le dijo: Corre. Corrió, pues, Ahimaas por el camino de la llanura, y pasó delante del etíope».
Él sabía que no tenía las mejores noticias para el rey, ya que su hijo había muerto, pero aun así quiso corren
Hoy puede ser un día histórico. Decide ser un mensajero del Cielo, más allá de lo que pase.
«Los cristianos han de estar unidos con los cristianos y las iglesias con las iglesias, de suerte que los instrumentos humanos cooperen con los divinos, subordinándose todo agente al Espíritu Santo y combinándose todos en dar al mundo las buenas nuevas de la gracia de Dios» (Elena G. de White, Los hechos de los apóstoles, p. 75). PA