«Perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados» (Marcos 11: 25).
Congelar mi ropa interior fue una broma de mal gusto. Un día, los demás socorristas del campamento decidieron gastarme una pequeña broma. Se colaron en mi habitación y se llevaron mi ropa interior. Después la pusieron en el congelador mientras yo vigilaba la piscina. Apenas unos minutos antes de que yo regresara al cuarto, volvieron a poner mi ropa interior congelada en el cajón. Déjame decirte que no hay nada más desagradable que ponerse ropa interior congelada tras una ducha caliente. Aquellos muchachos se dedicaron a gastar bromas a todas las muchachas que trabajábamos en el campamento, pero yo fui la única que realmente se molestó. Durante el resto del verano tramé cómo vengarme de ellos. Una tarde vi mi oportunidad cuando se fueron a la hoguera. El director me había dado las llaves de la cocina y me había pedido que llevara provisiones, El campamento estaba vacío, no había nadie por allí. Me apresuré hasta la cocina y tomé tantos botes de salsa como pude. En silencio, me colé en la habitación de ellos Y vacié un bote tras otro en la ducha. Había salpicaduras de salsa por el cristal, por las paredes e incluso llegué a atascar el desagüe. iMe sentía tan bien! Se habían gastado tantas bromas aquel verano que pensé que nunca sospecharían de mí, pero estaba equivocada. Lo
supieron inmediatamente. Cuando les pregunté cómo me habían descubierto, dijeron: «Fue fácil; tú eres la única que aún está enojada».Resulta fácil aferrarse al rencor, especialmente cuando alguien te hizo daño de verdad. Tienes derecho a sentirte furioso, pero Jesús dice que si no perdonas, te estás poniendo en peligro a ti mismo. Cuando nos negamos a perdonar, ¡Dios tampoco nos perdona a nosotros! Pero ¿cómo podemos perdonar a alguien que nos ha hecho mucho daño? Mi abuelo Bill practica algo llamado «el perdón inmediato». Él perdona inmediatamente, sin importar lo que le hayan hecho. Al principio parece imposible, pero lo cierto es que se trata solo de una decisión que aprendes a tomar. Si hoy sientes rencor hacia alguien, este puede ser un buen momento para empezar a practicar «el perdón inmediato».