Practica la rectitud y la justicia, Proverbios 21:3.
(Necesitarás un pedazo de tela para lustrar zapatos.)
Con la tela, limpia un par de zapatos tuyos, uno de tu papá y uno de mamá. ¿Te gustó?
Juanito era un niño de la calle. Se dedicaba a lustrar zapatos. Un día estaba con otro niño más grande que él. Ese niño quería robar a la señora del puesto de frutas. Cuando se dio cuenta, Juanito le dijo a su compañero:
—¿Qué te pasa? ¡No hagas eso, es robar!
Entonces el otro niño levantó el puño para pegarle. Pero una mano lo detuvo. Era el señor Ramírez, que lustraba continuamente sus zapatos con Juanito.
—¡Gracias por defenderme, señor! —dijo Juanito.
—¿Por qué tú no robaste? —preguntó el señor.
—Mi mamá murió hace dos años. Ella amaba a Jesús —respondió Juanito—. Todavía recuerdo las palabras que me dijo antes de morir: «Juanito, te pido que cuando yo muera, nunca robes ni mientas». Eso es lo que he tratado de hacer desde que ella murió.
Los ojos del señor Ramírez se llenaron de lágrimas y desde esa ocasión apoyó a Juanito, para que pudiera estudiar. Ahora Juan es un exitoso abogado, gracias al amor y las enseñanzas de su madre, y a la ayuda de ese señor.
HABLA CON JESÚS:
Amado Jesús, ayúdame a practicar la honradez como Juanito. Amén.