«Esta es la Buena Noticia acerca de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios» (Marcos 1: 1 NTV).
Colgaba de la pared en un astillado marco de madera. Era un cuadro de un Jesús solemne y sereno, como de otro mundo. Jeremy, mi compañero de la universidad, escribió una canción sobre aquel cuadro que sus padres habían colgado en su habitación. la canción decía así: «¿Eso es todo lo que eres? ¿Un cuadro en una pared? ¿No puedes hablar?
¿No puedes comprender mis problemas?»,A mí también me parece a veces que Jesús no es más que un antiguo cuadro de un hombre de otro mundo, que no comprende mis problemas. Me parece un ser distante, lejano, al margen de mi vida. Al igual que Jeremy, me dan ganas de decirle: « iSal de esa pared y entra en mi vida! iSé mi Dios! Cuando la religión me confunda, sal de ese marco y guía mis pasos!».
Quizás eso sea lo que todos deseamos, que Jesús baje de las alturas, donde la gente Io sitúa; que salga de ese mundo lejano donde lo hemos pintado; y entre en nuestra vida, Queremos un Jesús real y activo, no inerte y distante; un Jesús de verdad, que comprenda nuestro dolor y marque una diferencia perceptible en nuestras luchas diarias.¿Es esta la clase de Jesús que buscas? Si es así, en el Evangelio de Marcos lo encontrarás.
En Marcos verás a Jesús como nunca antes Io has visto: como Dios en acción, siempre sanando, enseñando, predicando y haciendo milagros. De hecho, Marcos narra más milagros que ningún otro de los Evangelios. Otra característica genial de Marcos es que el término «inmediatamente» se utiliza en casi todos sus relatos. Jesús «inmediatamente» hizo esto o aquello, ¿Por qué los escritos de Marcos desprenden tanta energía y movimiento?
Los padres de la iglesia primitiva consideraban que el estilo de predicación de Marcos se asemejaba mucho al de Pedro. Creían que Marcos había sido el intérprete de Pedro y se había encargado de dejar escritos los recuerdos que Pedro tenía de Jesús. Algunos dicen que la personalidad de Pedro se ve reflejada en cada página de Marcos, No es de extrañar, entonces que este sea un libro de acción. ¿Quién mejor que Pedro para capturar al Jesús real, descolgarlo «de la pared» y traerlo a la vida para quienes necesitamos mucho más que una simple imagen?