«Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho»(Deuteronomio 6: 5, 6).
«La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo» (Salmo 19: 7).
«Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros» (Juan 13: 34).
«¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? O también, ¿cuánto podrá pagar el hombre por su vida?» (Marcos 8: 36, 37).
«Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor» (Josué 24: 15).
«No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón» (Mateo 6: 19-21).
Los, Puntos de Impacto, de la lección de esta semana trascienden los aspectos agradables de la vida y acierta en lo medular: Lo que más deseamos. Nuestro más grande tesoro. Si tuvieras que ordenar los Puntos de impacto con el objetivo de darle un estudio bíblico al joven rico, ¿qué textos escogerías? ¿Por qué? Piensa en alguien que conozcas que te recuerde al maestro de la ley o al joven rico, o a ambos, y dedica tiempo hoy a orar por ellos.