«¡Monta tu guardia en la fortaleza! ¡Vigila el camino!» (Nahúm 2: 1).
FICUS BENGHALENSIS. ¿ Te dicen algo estas palabras? Si vivieras en Bangladés, la India o Sri Lanka, quizás; pero si no, es difícil que las hayas oído nunca. Son el nombre científico del baniano, también conocido como «higuera estranguladora». Uy, ahora da miedo ¿verdad?
¿Te gusta caminar por la naturaleza? A mí me encanta. Y cuanto más verde el entorno, más me gusta. Pero claro, saber que hay árboles que se llaman así, «higuera estranguladora», ya me da un poco de miedo, ¿o tú no tienes miedo? ¿Eres más valiente que yo? En realidad, no hay que tenerle miedo a este árbol, al menos nosotros no debemos temerle, por que otros árboles quizás sí deban temerle. ¿Quieres saber por qué lo llaman así?
El nombre de «higuera estranguladora» se debe a que, cuando empieza a crecer, este árbol se apoya en otro y comienza a producir largas raíces. Luego va lentamente rodeando el tronco del otro árbol, que muy pronto queda envuelto en las raíces de la higuera estranguladora y ya no puede conseguir agua, ni nutrientes, ni sol, ni luz, ni nada, porque la higuera estranguladora se los lleva todos. Con el paso de los años, las raíces de la higuera estranguladora van engordando, abrazando completamente el tronco del otro árbol que le sirvió de «hogar», e imposibilitándolo para crecer. Por esta razón, el otro árbol se muere, y su tronco se pudre rodeado por la higuera.
Así que para que un baniano llegue a ser grande, otro árbol debe morir, ¿qué te parece? A mí me parece bastante mal, pero al menos de este árbol puedo aprender una gran lección. La lección es que debo tener cuidado con las personas que se parecen a la higuera estranguladora. Me refiero a esa gente que no me deja crecer espiritualmente. Hay amigos que son así, que quieren que vaya con ellos a hacer cosas malas, que les gusta burlarse de los demás, que dicen palabras feas, son mentirosos y desobedientes. A esos «amigos» debo evitarlos, porque son «estranguladores» de mi fe.
Con la ayuda de Jesús, debo «vigilar el camino» para no caminar con personas que me impiden crecer. Si alguien me quiere «estrangular», que no cuente con mi ayuda.