(Necesitarás un teléfono (de juguete o real) y un trozo pequeño de papel que diga: «¿Hablaste con Dios hoy?».)
Daniel y su papá eran grandes amigos. Disfrutaban muchas cosas, como jugar fútbol, ir al parque y ver películas en el sofá de la sala.
Un día el papá dio una triste noticia. Dijo a Daniel que de su trabajo lo iban a enviar a otra ciudad durante tres meses; estarían separados durante ese tiempo. Daniel estaba muy triste. «¡Voy a extrañar mucho a mi papá!», pensó. Al día siguiente, lo acompañó con su mamá hasta el aeropuerto y se despidieron.
Todos los días, el papá llamaba a Daniel, que por su parte le contaba todo: si había peleado con algún compañero, si le había gustado la comida, si estaba triste por algo, si había ido al parque y todas las demás cosas que había hecho.
Un día, cuando Daniel volvió de la escuela, ¡encontró a su papá, que había vuelto!
—¡Papá! ¡Ya llegaste! —exclamó emocionado Daniel.
—¡Te prometo que ya no nos vamos a separar! —afirmó su papá.
Dios, nuestro Padre celestial, desea que le contemos todas nuestras cosas por medio de un «teléfono» llamado oración.
Lo único que tienes que hacer es cerrar los ojos y contarle lo bueno y lo malo que te sucedió en el día.
¡Él espera que lo llames! El servicio es gratuito y la línea está libre las 24 horas del día.
HABLA CON JESÚS:
Querido Jesús, gracias porque siempre me escuchas y te puedo contar todo lo que me pasa, amén.