«Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y defensa de la verdad». I Timoteo 3: 15
LA IGLESIA ES EL MEDIO señalado por Dios para la salvación de la humanidad. Ha sido organizada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo. Desde el principio ha sido el plan de Dios que su iglesia refleje al mundo su plenitud y suficiencia. Los miembros de la iglesia, los que han sido llamados de las tinieblas a su luz admirable, han de revelar su gloria. La iglesia es la depositaria de las riquezas de la gracia de Cristo; y mediante la iglesia se manifestará con el tiempo, aun a «los
principados y potestades en los lugares celestiales» (Efe. 3: 10), el despliegue final v pleno del amor de Dios.
Muchas y maravillosas son las promesas registradas en las Escrituras en cuanto a la iglesia. «Porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos» (Isa. 56: 7). «Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. ] Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra, ni tendrán que soportar los insultos de las naciones. Entonces sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que ellos, el pueblo de Israel, son mi pueblo. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo, y afirmo también que yo soy su Dios y que ustedes son mis ovejas, las ovejas de mi prado» (Eze. 34: 26, 29-31, NVI) [ . . . ]
La iglesia es la fortaleza de Dios, su ciudad de refugio, que él sostiene en un mundo en rebelión. Cualquier traición a la iglesia es traición hecha a Aquel que ha comprado a la humanidad con la sangre de su Hijo unigénito. Desde el principio, las almas fieles han constituido la iglesia en la tierra. En todo tiempo el Señor ha tenido sus atalayas, que han dado un testimonio fiel a la generación en la cual vivieron. Estos centinelas daban el mensaje de amonestación; y cuando eran llamados a deponer su armadura, otros continuaban la labor. Dios ligó consigo a estos testigos mediante un pacto, uniendo a la iglesia de la tierra con la iglesia del cielo. El ha enviado a sus ángeles para ministrar a su iglesia, y las puertas del infierno no han podido prevalecer contra su pueblo•
A través de los siglos de persecución, lucha y tinieblas, Dios ha sostenido a su iglesia. Ni una nube ha caído sobre ella sin que él hubiera hecho provisión; ni una fuerza opositora se ha levantado para contrarrestar su obra, sin que él lo hubiera previsto Todo ha sucedido como él lo predijo. Él no ha dejado abandonada a su iglesia, sino que ha señalado en las declaraciones proféticas lo que ocurriría, y se ha producido aquello que su Espíritu inspiró a los profetas a predecir. Todos sus propósitos se cumplirán• Su ley está ligada a su trono, y ningún poder del maligno puede destruirla. La verdad esta inspirada y guardada por Dios; y triunfará contra toda oposición.— Los hechos de los apóstoles, cap. l, pp. 9-11.