¿Qué promesas de pacto hizo Dios a Abram en Génesis 12:1-5? ¿Cuál fue la respuesta de Abram?
Las promesas iniciales de Dios a Abram conforman uno de los pasajes más poderosos del Antiguo Testamento. Estos versículos están llenos de la gracia de Dios. Es Dios, no Abram, el que hace las promesas. Abram no había hecho nada para ganarse o merecer el favor de Dios, ni tampoco hay indicación alguna que sugiera que Dios y Abram de alguna manera habían obrado juntos para crear este pacto. Dios hace todas las promesas.
En contraste, Abram es llamado a tener fe en la certeza de la promesa de Dios, no una así llamada “fe” endeble, sino una fe que se manifiesta en dejar su familia extendida (¡a los 75 años!) y marcharse a la tierra prometida por Dios.
“Con la ‘bendición’ pronunciada sobre Abraham y por medio de él a todos los seres humanos, el Creador renovó su propósito redentor. Había ‘bendecido’ a Adán y a Eva en el paraíso (Gén. 1:28; 5:2) y luego ‘bendijo Dios a Noé y a sus hijos’ después del diluvio (9:1). De este modo, Dios clarificó su promesa anterior de un Redentor que redimiría a toda la humanidad, destruiría el mal, y restauraría el paraíso (Gén. 3:15). Dios confirmó su promesa de bendecir a ‘todas las familias de la tierra’ en su alcance universal”. —Hans K. LaRondelle, Our Creator Redeemer, pp. 22, 23.
Después de diez años de esperar que naciera el hijo prometido, ¿qué preguntas tenía Abram sobre la promesa de Dios? Gén. 15:1-6.
A menudo es fácil glorificar a Abram como el hombre de fe que nunca tuvo preguntas ni dudas. La Escritura, sin embargo, señala un cuadro diferente. Abram creyó, pero también tuvo preguntas en el camino. Su fe era una fe en crecimiento. Como el padre en Marcos 9:24, Abram básicamente dijo a Dios, en Génesis 15:8: “Creo, ayuda mi incredulidad”. En respuesta, Dios, en su gracia, le aseguró a Abram la certeza de su promesa al hacer un pacto formalmente con él (Gén. 15:7-18).
Lo que hace tan sorprendente este pacto no es el hecho que Dios haga un pacto con Abraham sino al grado en que estuvo dispuesto Dios a condescender con él para hacerlo. A diferencia de otros gobernantes en el antiguo Cercano Oriente, que se mostraban reticentes a la idea de hacer promesas vinculantes con sus súbditos, Dios no solamente le dio su palabra a Abraham, sino que, al pasar simbólicamente entre las partes de los animales degollados, puso su propia vida como garantía. Por supuesto, en última instancia, Jesús dio su vida en el Calvario para hacer realidad su promesa.
¿Cuáles son algunas áreas en las que ahora debes avanzar por fe y creer en lo que parece imposible? ¿Cómo puedes aprender a seguir aferrándote a las promesas de Dios, pase lo que pase?