«Vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes señales y milagros, para engañar, de ser posible, hasta a los que Dios mismo ha escogido» (Mateo 24: 24).
Te has disfrazado alguna vez? Qué difícil es reconocer a alguien que se oculta detrás de un disfraz, ¿verdad? Una vez, entré en un supermercado, y una joven- cita que llevaba puesta una máscara me ofreció unos dulces. Se me quedó mirando fijamente, y después me dijo: «Hola, Patry, ¿qué haces por aquí?». Uy, y yo no tenía ni idea de quién podía ser. ¿Sabes quién era? ¡Una prima mía! Y ni siquiera la reconocí cuando me habló. Tuvo que revelarme quién era, para que me diera cuenta.
Algunos animales también son expertos en disfrazarse, solo que en el mundo de ellos se lo llama «mimetismo». Hay un insecto que parece una hoja; si lo ves, dirías que es una hoja, te confunde totalmente. Hay otro insecto que es experto en disfrazarse como un palo; su exterior es tan parecido a un palo que a veces ni se distingue de la rama donde se coloca. Mucha gente puede estar mirándolo, sin darse cuenta de que lo están viendo. Una vez, vi este tipo de insectos caminando, y en verdad quedé muy sorprendida: era tal cual un palo.
Hay otro insecto que parece una orquídea, así que, se coloca sobre la planta y no se mueve; las mariposas creen que es una flor y se acercan para tomar su néctar. Entonces, el insecto se come a la ingenua mariposa.
En el mundo espiritual, también existe alguien que es un experto en disfrazarse. No me gusta mucho hablar de él, pero tampoco es bueno que ignoremos su existencia, no sea que nos vaya a engañar con uno de sus «disfraces».
Estoy hablando de Satanás. Se disfraza de muchas maneras para engañarnos y hacernos pecar, de modo que perdamos la vida eterna. Actúa por medio de personas que hacen falsos milagros; hace apariciones como si fuera la virgen María; se hace pasar por alguien que ha muerto… Pero son disfraces, y nada más que eso; todo es pura mentira. Para evitar caer en sus engaños, debemos saber bien cómo es Dios. Oh, y avisar a los demás, para que no cometan el error de no distinguir el disfraz.