«Sé que tu bondady tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida, y que en tu casa, oh Señor, viviré por largos días». Salmos 23: 6, RVC.
CRISTO NO HA DICHO que obtener la perfección de carácter vaya a ser cosa fácil. Exige esfuerzo, es un conflicto y una lucha de todos los días. «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios» (Hech. 14: 22).
«Alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele» (1 Pedro 4: 13, RVC). […] Cristo ha vencido por nosotros, ¿seremos entonces tímidos y cobardes debido a las pruebas que afrontamos al avanzar?
Cuando apreciemos más profundamente la misericordia y la longanimidad de Dios, lo alabaremos más en lugar de quejarnos. Hablaremos de la amorosa protección divina, de la tierna compasión del buen Pastor. El idioma del corazón no será la murmuración y la queja egoísta. La alabanza, como una corriente clara y que fluye, brotará de los verdaderos creyentes en Dios, que dirán: «El bien y la misericordia me seguirán todos los días de rni vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días» (Salmos. 23: 6).
¿Por qué no entonar cánticos espirituales en los días de nuestro peregrinaje?
Necesitamos estudiar la Palabra de Dios; necesitamos meditar y orar. Entonces tendrernos visión espiritual para discernir los atrios interiores del templo celestial, percibiremos los acordes de acción de gracia entonados por el coro celestial alrededor del trono. Cuando Sion se levante y resplandezca, su luz será más penetrante, y se escucharán himnos de alabanza y gratitud en la reunión de los santos. Las pequeñas desilusiones y dificultades se perderán de vista.-—- Review and Herald, 5 de Mayo de 1910.