“Una y otra vez me ha sido presentado el peligro de abrigar, como pueblo, ideas falsas sobre la justificación por la fe. Por años se me ha mostrado que Satanás trabajaría de una manera especial para confundir las mentes en este punto. La ley de Dios ha sido ampliamente tratada y presentada, a las congregaciones, casi tan desprovista del conocimiento de Cristo Jesús y su relación con la Ley como la ofrenda de Caín. Se me ha mostrado que muchos no han llegado a la fe por causa de ideas mezcladas y confusas acerca de la salvación, porque los ministros han trabajado de una manera errónea para alcanzar los corazones.
El punto que ha sido impreso por años en mi mente es la justicia imputada de Cristo. […]
“No hay punto que precise ser considerado con más fervor, repetido con más frecuencia o establecido con más firmeza en la mente de todos que la imposibilidad de que el hombre caído haga mérito alguno por sus propias obras, por buenas que estas sean. La salvación es solamente por fe en Cristo Jesús” (FO 15,16).
“La Ley demanda justicia y, ante la Ley, el pecador debe ser justo. Pero es incapaz de serlo. La única forma en que puede obtener la justicia es mediante la fe. Por fe, puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca la obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa y la ama como ama a su Hijo” (MS 1:430).
Preguntas para Dialogar:
En el primer pasaje citado arriba, Elena de White dice que ningún tema necesita ser más enfatizado que la justificación por la fe. Como clase, analicen si sus comentarios son aplicables para nosotros hoy como lo fueron cuando los escribió hace más de cien años, y si es así, por qué.
¿Por qué Pablo dice que Cristo hubiera muerto sin propósito, si la justificación fuera por medio de la Ley? (Gál. 2:21). ¿Qué quiere decir con esto?
RESÚMEN: La conducta de Pedro en Antioquía sugería que los ex paganos no podían ser verdaderos cristianos a menos que primero se circuncidaran. Pablo señaló la falacia de esa manera de pensar. Dios no puede declarar a nadie como justo sobre la base de la conducta personal, porque aun los mejores seres humanos no son perfectos. Los pecadores pueden ser justificados a la vista de Dios solo al aceptar lo que Dios ha hecho por nosotros por medio de Cristo.