Pablo dice tres veces en Gálatas 2:16 que una persona no es justificada por “las obras de la ley”. ¿Qué quiere decir él con “las obras de la ley”? ¿De qué modo los textos siguientes nos ayudan a comprender su significado? Gál. 2:16, 17; 3:2, 5, 10; Rom. 3:20, 28. Para comprender la frase “las obras de la ley”, necesitamos entender lo que Pablo quiere decir con la palabra ley. La palabra ley (nómos, en griego) se encuentra 121 veces en las cartas de Pablo.
Puede referirse a diferentes cosas: la voluntad de Dios para su pueblo, los primeros cinco libros de Moisés, el Antiguo Testamento entero, o incluso a un principio general. Sin embargo, Pablo la usa generalmente para referirse a todos los mandamientos de Dios dados a su pueblo por medio de Moisés, ya sean morales o ceremoniales.
El punto de Pablo es que no importa cuánto tratemos de obedecer la ley de Dios, nuestra obediencia nunca será tan buena para que se nos declare justos ante Dios.
Eso es porque su ley demanda absoluta fidelidad en pensamiento y en acción todo el tiempo, y a todos sus mandamientos.
Aunque la frase “obras de la ley” no aparece en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento fuera de las epístolas de Pablo, una confirmación asombrosa apareció en 1947 con el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, una colección de escritos copiados por judíos esenios, que vivieron en el tiempo de Jesús.
Aunque fueron escritos en hebreo, el rollo Miqsat Ma’as Ha-Torah, que puede traducirse como “Importantes obras de la ley”, contenía esta frase exacta. El rollo describe varios problemas basados en la ley bíblica con respecto a impedir que las cosas santas sean hechas impuras, incluyendo varias que distinguían a los judíos de los gentiles.
Al final, el autor escribe que, si sigues estas “obras de la ley, serás reconocido como justo” ante Dios. A diferencia de Pablo, el autor no ofrece a su lector justicia sobre la base de la fe sino sobre la base de su conducta.
En tu experiencia, ¿cuán bien guardas la ley de Dios? ¿Realmente sientes que estás guardándola tan bien que puedes ser justificado ante Dios por tu observancia de ella? (Ver Rom. 3:10-20.) Si no, ¿por qué no? ¿Cómo te ayuda tu respuesta a entender el punto que Pablo presenta aquí?